DESENFOQUE DE 2

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EL PODER DE LA MIRADA

martes, 17 de febrero de 2015

"BOYHOOD" LO QUE LOS NIÑOS PAGAN POR LA OBSOLESCENCIA EMOCIONAL

CRÍTICA DE ENRIC139 

VALORACIÓN 5/5 IMPRESCINDIBLE

LO QUE LOS NIÑOS PAGAN POR LA OBSOLESCENCIA EMOCIONAL. 


Richard Linklater, 39 días de rodaje efectivo llevados a cabo durante doce años desde 2002 a 2013, todo un experimento...
Y esto para qué, se preguntará el espectador. ¿Para ser el primero en hacer algo así? ¿Para llamar la atención? Pues no, o eso pienso yo...
Dejando ya de lado la cuestión nada superficial antes descrita, vayamos a la tarea de intentar desentrañar el sentido de esta película.
Durante las últimas décadas se está dando algo que cada vez es más común,  y que parece ser que  algunos estamentos desde la oscuridad tratan de vender como la norma cuando siempre ha sido la excepción. La desestructuración  de la familia como núcleo de la sociedad y de la estabilidad, el querer hacernos ver que no pasa nada si la excepción pasa a convertirse en la norma. La separación o el divorcio como solución más fácil y, lo que es peor, la sustracción a los niños tanto del perfil paterno como del materno en pro del egoísmo individual y la búsqueda eterna e insustancial de la felicidad de  los adultos.
En este film, vemos la evolución de las primeras etapas de  la vida de Mason, niño hijo de un matrimonio roto surgido de una relación de juventud y un embarazo no deseado. Mason además tiene una hermana mayor, lo cual nos podría hacer pensar que tal matrimonio no fue tan desafortunado, pero no, la realidad es que por diversas circunstancias resultó muy desafortunado. 
Pasemos a analizar esas circunstancias:
Como ya nos vienen indicando intelectuales de gran importancia como Zygmunt Bauman, Chomsky y otros, la sociedad cada vez es más inestable y difícil de satisfacer. El individuo cada vez es más individualista y menos capaz de asumir la diferencia con el otro que tiene al lado, siempre piensa que hay una opción mejor que está por llegar. Esto ya se vio perfectamente descrito en la novela de Dino Buzzati  "El desierto de los tártaros" de 1940, en la que el protagonista desperdicia su vida con la idea de que su momento siempre estaba por llegar, y lo que al final le llega es la muerte y no la felicidad. Quién espera desespera, y esta sociedad se está habituando a esperar y desesperar  siempre, en lugar de disfrutar del momento y de lo que está a su alcance. Vivimos en una sociedad desesperada como diría Bauman, él lo define como SOCIEDAD LÍQUIDA, en la que todo queda obsoleto, empezando por los objetos y llegando a las emociones que sentimos por las otras personas.

Hoy en día compramos un teléfono de última generación, somos incapaces de conciliar el sueño pensando cuando podremos obtener ese objeto, que la mayor parte de las veces ni siquiera nos resulta necesario, pero queremos tenerlo, porque el que poséemos ya no  nos resulta satisfactorio. Esto podría parecer ambicioso y hasta loable, todo el mundo quiere mejorar y eso en principio parece bueno para el conjunto, para la sociedad. Pero no es así, ya que está siendo trasladado al ámbito de los sentimientos, del amor, de las emociones, de las relaciones personales. Y en qué desemboca esto, en matrimonios rotos porque son incapaces de ver cuales son sus verdaderas necesidades y que están dispuestos a sacrificar incluso el deber y el placer de educar a sus hijos en un hogar, de privarles de referencias SÓLIDAS en las que poder confiar y sustentarse a lo largo de su crecimiento. Pero claro, aquí llegamos al punto en el que la mayoría dice aquello de "hoy ya vivimos en el siglo XXI" y que todo el mundo merece una segunda oportunidad. Pues claro que todo el mundo merece una segunda oportunidad, y una tercera y una cuarta e infinitas oportunidades, pero nunca a costa del sacrificio de la oportunidad más importante: la de un niño a tener una infancia feliz y un crecimiento y una educación en un entorno estable y lleno de afecto. Con esto quiero decir, que una pareja o matrimonio está en su derecho de equivocarse y tratar de enmendar ese error, pero cuando tiene hijos, debe buscar esa felicidad sin que el niño tenga que quedar a merced de los caprichos o los impulsos de sus padres. Y no nos equivoquemos ni tratemos de justificarnos, éste es un mundo que cada vez está más lleno de insatisfacción emocional generada por los fantasmas del "MI MOMENTO ESTÁ POR LLEGAR", que nos impide disfrutar de lo que la vida nos ofrece y de ofrecer lo mejor que tenemos a los que nos rodean, incluso a nuestros hijos. De nuevo, como diría Bauman, estamos en una sociedad cada vez más líquida, en la cual que nos están imponiendo sin darnos cuenta con las mil y una ofertas de felicidad que está por llegar. Es decir, la sociedad está pasando a unos niveles de pérdida de referencias y de insatisfacción intangible tales, que hasta el amor, se está convirtiendo en un AMOR LÍQUIDO y egoísta en el que nunca nada es suficiente. Y eso, quien más lo está sufriendo son sin duda los hijos de los adultos que no saben realmente cuales son sus necesidades emocionales, dedicando todas sus energías a la búsqueda de satisfacer lo que no existe y desperdiciar las oportunidades que tienen de ser felices que les otorgaría una sociedad menos esclava de fantasmas impuestos por compañías y medios de comunicación.




En resumen, Mason es víctima de un padre egoísta e inmaduro y de una madre que no es capaz de saber distinguir realmente cual es su sitio en la vida. Es decir, de unos padres que impondrán su individualidad a la de sus hijos que no han pedido nacer. Afortunadamente, Mason puede hacer frente a muchas adversidades sin los soportes paterno y materno. Pero dios sabe a costa de qué...
Teniendo que sufrir las mil y una decepciones de un padre que rehace su vida lejos y que  decide una vez vividas varías juventudes sentar la cabeza para dar a otra mujer lo que no supo dar a la primera. Teniendo que sufrir los mil y un vaivenes de una madre que tratará de rehacer su vida sin éxito con varios hombres frustrados y con el objetivo de realizarse profesionalmente, para acabar dándose cuenta, de que lo mejor de la vida ya lo tenía y no supo disfrutarlo.
En fin, Mason sufre la insatisfacción de su padre, que egoístamente rehace su vida cuando y con quién a él le interesa y la de su madre que no sabe cual es su sitio, aunque asume el reto de educar a sus dos hijos sin éxito. Y digo sin éxito, porque el que Mason salga adelante en esta situación no es mérito ni de la madre ni del padre. Mason, en mi opinión es un caso entre miles que acaban repitiendo lo que hicieron sus padres o lo que es peor, siendo delincuentes, víctimas de la droga o sencillamente candidatos al suicidio.


El verdadero mérito de Linklater al prolongar el rodaje del film durante doce años reside, bajo mi punto de vista, en que durante esos doce años el objeto de la película no solamente no desaparece en el mundo real, sino que además se ha ido incrementado de forma exponencial. Cada vez los sentimientos se vuelve más rápidamente obsoletos y las ofertas que nos ofrecen o imponen para reemplazarlos menos reales y más numerosos. En ello tienen que ver mucho los avances tecnológicos que nos crean gran dependencia y roban el lugar del otro. Hablo de redes sociales, grandes empresas on-line de encuentros personales, etc. Hacen que dediquemos menos energías a cultivar nuestros sentimientos allí donde tienen un terreno fértil, en la pareja, nuestros hijos, nuestros amigos...



Aprendamos a disfrutar del momento y a que el momento disfrute con nosotros...

Aprendamos a volver ser capaces de amar sin necesidad de pensar que podemos amar o ser amados mejor, eso hará que maduremos en lugar de perder el tiempo...
Es normal que adolescentes y jóvenes necesiten equivocarse para aprender, pero los adultos, sobre todo si son padres, deben medir muy bien sus pasos antes de dejarse llevar por la marea, ya que considero que es la única forma real de proteger dando ejemplo a los jóvenes.


Felicidades a Linklater por reivindicar un mundo adulto y responsable, evidenciando una realidad que cada vez tiene menos rasgos de ese tipo.


ENRIC139




6 comentarios:

  1. Profundo análisis, de los que sólo se pueden hacer con una buena dosis de sentido común y perspectiva. Espero verla pronto. Enhorabuena por este nuevo proyecto, amigo. Mis mejores deseos.

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  2. Muy buena crítica Enric. Sin duda habrás abierto los ojos a mucha gente sobre cuales son sus verdaderas prioridades en esta vida. A mí desde luego me has hecho reflexionar sobre ello. Estaré al tanto de próximas publicaciones, un saludo.

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  3. Magistral critica. Y gracias por introducirnos en el universo de Zygmunt Bauman.

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  4. Totalmente de acuerdo contigo, aunque si me lo permites añadir desde mi punto de vista que nosotros tenemos la capacidad crítica y de pensar del porqué de lo que esta ocurriendo. Creo que eso debemos transmitirlo a nuestros jóvenes y que no sean teledirigidos hacía donde interesen a los mercados de consumo. Por otro lado hace mucho tiempo que no escucho a gente mayor contar vivencias de cuando eran jóvenes y no se si es por que hasta ellos han sido abducidos por la tecnología o he perdido algo que creo es muy importante...parar y escuchar...

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  5. Muy buena crítica, análisis profundo y desde la reflexión. Personalmente no me gustó tanto como para decir que es una obra maestra, pero sí que es cierto que es la "Gran historia de una vida cualquiera", teniendo en cuenta la sociedad que tenemos alrededor y entre todos creamos.


    Un saludo, y tienes nuevo seguidor!

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